En unas declaraciones dadas sobre el problema de la agenda LGTB de la cual se le acusaba por actitudes discriminatorias a no permitir la imposición de la ideología del género el presidente Vladímir Putin respondió: “En Rusia no se discrimina, no se persigue, no se encarcela a ningún adulto por ser homosexual. Hay actores, deportistas, artistas que son homosexuales y nadie los persigue y los discrimina, pero no vamos a tolerar que adoctrinen a los niños en una ideología que es contraria a la familia porque la base de una nación es la familia. Si el niño al llegar a adulto decide convertirse en homosexual es una decisión suya, pero no vamos a tolerar que la familia la destruyan desde abajo haciendo proselitismos con niños que no tienen el criterio suficiente para distinguir en un sentido o en otro”. Con ello definió claramente la posición de la sociedad rusa a la agenda global lista de los movimientos que promueven la imposición de la ideología del género.
Respecto a la cultura musulmana que está invadiendo a los países occidentales fue claro y preciso, pues en Rusia viven 25 millones de islámicos y aunque afirmó recientemente que “los musulmanes hacen una gran contribución al contacto entre diferentes grupos étnicos y religiones gracias a su eficiente cooperación con el Estado y las instituciones públicas”. Por otro lado, estableció su papel de convivencia dentro de la sociedad rusa cuando en un discurso ante el parlamento el 4 de agosto de 2013 Putin, expresó en su discurso cómo se debe evitar las tensiones con las minorías étnicas y afirmó lo siguiente respecto a los grupos musulmanes que quieran vivir en Rusia: “En Rusia debéis vivir como rusos. Cualquier minoría, de cualquier parte, que quiera vivir en Rusia, trabajar y comer en Rusia, debe hablar ruso y debe respetar las leyes rusas. Si ellos prefieren la Ley Sharía y vivir una vida de musulmanes, les aconsejamos que se vayan a aquellos lugares donde esa sea la ley del Estado… Rusia no necesita minorías musulmanas, esas minorías necesitan a Rusia y no les garantizamos privilegios especiales, ni tratamos de cambiar nuestras leyes adaptándolas a sus deseos. No importa lo alto que exclamen -discriminación-, no toleraremos la falta de respeto hacia nuestra cultura rusa. Debemos aprender mucho de los terroristas radicales islámicos de América, Inglaterra, Holanda, Francia, etc., si queremos sobrevivir como nación. Los musulmanes están venciendo en esos países y no lo lograrán en Rusia. Las tradiciones y costumbres rusas no son compatibles con la falta de cultura y formas primitivas de la Ley Sharía y de los musulmanes. Cuando este honorable cuerpo legislativo piense crear nuevas leyes, deberá tener en mente primero el interés nacional ruso, observando que las minorías musulmanas no son rusas”. Los miembros del Parlamento ruso puestos en pie ovacionaron a Putin durante cinco minutos.
Así que los países cristianos tienen dos serios peligros que socaban sus valores tradicionales, el primero es la imposición de la agenda del género y el establecimiento de los movimientos LGTB. Lo segundo es la invasión musulmana y su imposición de sus leyes dentro de la cultura occidental. Mientras, tristemente el cristianismo y sus valores van en decadencia, por lo que se avecina un tiempo muy difícil para la verdadera iglesia cristiana.
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