Se inició la carrera para llevarse el gran premio nacional, como ser la presidencia de la República y obtener el mayor número posible de diputados al Congreso Nacional. Como siempre, los líderes de cada uno de los partidos políticos han comenzado a publicitar sus mal llamados planes de gobierno.
Sin embargo, la experiencia que se repite una y otra vez, es que una vez obtenido el poder los políticos se olvidan de sus promesas y todo vuelve a la normalidad. Una famosa frase de Charles de Gaulle, primer ministro de Francia entre 1944 y 1946, cae como anillo al dedo: “He llegado a la conclusión de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos”.
Y debería ser más que evidente que los políticos no tienen ningún interés en cumplir sus promesas de campaña, porque entonces se terminaría su eterno caballito de batalla y no tendrían nada que ofrecer en la próxima campaña política. Entonces, somos los ciudadanos los que debemos asumir la responsabilidad de sacar a los políticos de su zona de confort y obligarlos a cumplir no solo con las promesas que sirvieron para obtener los votos, sino que también para conducir al país por el camino hacia el desarrollo económico y social.
Los ciudadanos pensamos que la política es para los políticos, que nosotros no debemos contaminarnos de la corrupción, desprestigio y de la pésima imagen que arrastran la mayoría de ellos. Sin embargo, debemos estar claros que SI debemos intervenir para obligar a los que les dimos el voto a cumplir con sus promesas de campaña. Al depositar nuestro voto, olvidémonos de partidos políticos y tratemos de seleccionar a las personas que consideremos que tienen los atributos para actuar con justicia, equidad, vocación de servicio y sinceros deseos de transformar nuestro país. Muchos dirán que esto es utópico, pero si nosotros, los votantes, no cambiamos nuestra forma de actuar y de votar y seguiremos siendo mayorías silenciosas, nada va a cambiar y la única salida para el hondureño será continuar migrando hacia otros países.
Como ejemplo vale la pena recordar que el 2 de febrero de 2010 se publico en la Gaceta el Decreto #286-2009 mediante el cual, con el consentimiento de todos los partidos políticos, se aprobó la Visión de País (2010-2038) Plan de Nación (2010-2022), con el objetivo de iniciar un proceso de planeación del desarrollo económico, social y político de nuestro país, en cumplimiento del artículo 329 de la Constitución de la República. En su artículo 6, dicho Decreto ordena que el proceso de planeamiento estratégico estará a cargo de la Presidencia de la República, se llevará a cabo con la participación de las distintas instituciones de los Poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en las áreas de su competencia y con la participación de los partidos políticos, las organizaciones de la sociedad civil, las universidades, las iglesias, la empresa privada…….
Sin embargo, a pesar de ser una Ley de la República, la Visión de País y Plan de Nación duerme el sueño de los justos. De nuevo, los ciudadanos somos los que podemos obligar a los políticos a que cambien de actitud y forzar a que iniciemos un proceso serio de planificación con planes estratégicos de largo plazo en forma sostenida, para lograr el desarrollo económico y social de Honduras.
Arturo Alvarado Sánchez