Así puede considerarse Honduras desde el punto de vista del cambio climático, en el marco del Acuerdo de París de 2015 en el que participaron 60 Jefes de Estado y representados 175 países.
Si hacemos un pequeño recorrido sobre las diferentes apreciaciones relativas al cambio climático, podemos confirmar el alto nivel de vulnerabilidad de nuestro país, aparte de la trágica experiencia que estamos sufriendo actualmente.
En primer lugar, consideremos el informe del Alto Comisionado de los derechos humanos de las Naciones Unidas, del 2009, en el que afirma que el cambio climático afecta los derechos humanos en la vida, la alimentación adecuada, el agua, el saneamiento adecuado, la salud, la vivienda; y que sus efectos se dejarán sentir sobre los grupos más vulnerables, en especial, en los países en desarrollo: sobre los niños, los ancianos, las mujeres, los
discapacitados…
En segundo lugar, hay que tomar nota que en la reunión de Davos, 2013, los países reunidos en el Foro Mundial Anual, dedicaron una jornada completa sobre la amenaza de del cambio climático. Y allí, el Presidente del Banco Mundial puso el cambio climático en el centro de la misión del banco, mencionando el calentamiento global como el factor que más contribuye a elevar las tasas globales de pobreza y la caída del PIB en los países en desarrollo.
Por su parte, David King, representante del Reino Unido para el Cambio Climático advierte..(entre otros temas) que necesitamos detener el uso de combustibles fósiles. Y eso significa dejarlos bajo tierra. Se debe detener la deforestación y reforestar” Sostiene que habrá un alza en la temperatura de 4 grados C. hacia 2100, lo que significará miles de muertes por calor, cultivos y suelos agrícolas arruinados…. A eso se suman migraciones masivas, conflictos por el agua y el suelo y riesgos para seguridad nacional e internacional.
El informe Brundtland de marzo de 2014 indica que no estamos preparados para los riesgos que implica dicho cambio (climático), señalando las hambrunas que serán especialmente severas en los países tropicales y subtropicales….
El Informe detalla los efectos por regiones. En Latinoamérica los retos mayores son la escasez de agua en áreas semiáridas, las inundaciones en zonas urbanas superpobladas, una merma en la producción y calidad de los
alimentos y la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos.
Frente a estas amenazas, ¿qué podemos hacer como país para prepararnos y prevenir el futuro? Actualmente tenemos de frente una tarea titánica, cual es reconstruir la infraestructura dañada por la depresión tropical ETA, reubicar 300 mil desplazados, reactivar la economía lisiada por 8 meses de confinamiento debido a la pandemia Covid 19, y, de nuevo estamos alarmados por el anuncio de otra depresión tropical inminente este fin de semana que habría de azotar la población de Gracias a Dios, de toda la costa norte y las Islas de la Bahía.
Si los daños económicos directos de ETA se estiman en el orden de 3 mil millones de dólares, la reconstrucción, la atención de los damnificados, su reubicación en condiciones normales con trabajo y vivienda segura requerirán recursos cuantiosos, muy por encima de los dañosdirectos.
Conscientes de que nuestras finanzas nacionlaes no nos permitirán obtener recursos suficientes en las diversas fuentes para atender ese desafío titánico, tenemos que arbitrar alternativas posibles, sin perjuicio de mostrar nuestra gratitud a los países amigos por la ayuda humanitaria, de rescate de las víctimas y para reconstrucción en lo posible.
A mí sólo se me ocurre una alternativa posible, de mediano plazo, en el marco de la relación histórica muy estrecha entre Honduras y Estados Unidos de América; apoyándose recíprocamente en lo interno y en lo internacional, frente a las amenazas comunes y a los conflictos armados. Conviene recordar que los intereses estratégicos de Estados Unidos propiciaron la suscripción de un acuerdo entre las Partes para el uso y mantenimiento de aeropuertos en Honduras y autorizar una presencia militar de Estados Unidos, a título gratuito durante los últimos 35 año, en la Escuela Militar de Aviación de Honduras en
Palmerola.
Tomando en cuenta esa relación y que Estados Unidos cuenta en su Ejército con un cuerpo de ingenieros, con diversas misiones, una de ellas consistente en la ejecución de obras civiles que comprenden tres líneas comerciales autorizadas por el Congreso: navegación, protección contra daños por inundaciones y tormentas y restauración del ecosistema acuático.
Considero que, por medio de un convenio entre las Partes, Estados Unidos podría poner en marcha una maniobra militar a cargo de su cuerpo de ingenieros para reconstruir la infraestructura destruida y levantar la obra de protección contra las inundaciones en la costa norte de Honduras. Podría ejecutar obras de protección perdurables en los Departamentos de Colón y Gracias a Dios, trasladando a esa zona su presencia militar en unas instalaciones
nuevas y modernas, por medio de un convenio con el Gobierno de Honduras, que facilitara a Estados Unidos, junto al Gobienro de Honduras, el monitoreo e interdicción del narcotráfico, sin perder su valor estratégico o geopolítico ante la penetración de Irán y +grupos terroristas en el Caribe.
Si el Plan Colombia representó el tapón marítimo alnarcotráfico, un Plan Honduras podría significar una barrera aérea contra ese flagelo que cobra como 80 mil vidas anuales en Estados Unidos y millones de narcodependientes. Y, en Honduras, un asalto a las instituciones y el desarrollo del crimen organizado. El acuerdo podría seguir el modelo de las instalaciones militares de Estados Unidos en países europeos.
Si se realizaran esas obras de reconstrucción y protección de las inundaciones, en un períodode varios años, Honduras podría recuperar amplias zonas para la actividad productiva agrícola, industrial, turística sin mayores alarmas y proseguir su desarrollo logístico regional e internacional con el aeropuerto de Palmerola en construccion.
Hay que recordar que la Bahía de Trujillo es la bahía de aguas profundas, naturalmente protegida, en el mar Caribe, capaz de recibir cualquier tamaño de buques.
Una serie de maniobras militares de ingeniería como las apuntadas podría llevar alivio y seguridad perdurables a las poblaciones de la costa norte de Honduras y a las inversiones productivas nacionales y extranjeras, dinamizando la economía nacional. De hecho, Hondudras tiene las mejores condiciones de Centroamérica para convertirse en la
locomotora económica de la subregión, que evitaría las caravanas migrataorias, espontáneas o políticamente motivadas de toda el área.
Es una idea que se ofrece a estrategas del Gobierno, a planificadores, ingenieros, economistas y arquitectos y que podría explorarse y considerarse con el nuevo Gobierno que asuma el poder en Estados Unidos a partir del 20 de enero de 2021.
Por Carlos López Contreras