Cuando aún nos encontramos luchando para evitar la propagación del COVID 19 ahora nos encontramos con la trágica secuela de los efectos del huracán ETA. Si estuviéramos en una pelea de boxeo todos diríamos que ha sido un nocaut tras otro, con el perdón de nuestros compatriotas.
Por ahora el virus ha pasado a un segundo plano. Ante los efectos inmediatos y visibles del huracán todos los esfuerzos se han concentrado, primero en rescatar a los damnificados, muchos de los cuales estaban guarecidos en los techos de sus casas y en segundo lugar, tratar de por lo menos, habilitar el paso en las principales vías de comunicación.
Como lo hemos visto en las imágenes transmitidas por la televisión y las fotografías en los principales periódicos del país, todas las personas que se encontraban en peligro ante las inundaciones y aún en los albergues, lo hacían sin guardar las medidas de protección contra el virus, lo que era de esperarse, y esto, ojalá y no suceda, podría ocasionar un rebrote del virus de graves consecuencias. Entre más rápido resolvamos la situación de emergencia y volvamos a recobrar el instinto de protección contra el virus será mejor y con menos consecuencias dañinas.
El ETA nos hizo revivir los aciagos días del huracán Mitch y como siempre sucede, recordar que en aquel entonces se prometió que con el apoyo de la comunidad internacional se iban a construir las obras para reducir las inundaciones que de tiempo en tiempo nos afectan, especialmente en la costa norte del país. Sin embargo, este no es tiempo para lamentaciones ni para levantar dedos acusadores, sino que de enfrentar los retos con sentido de urgencia.
El gobierno ha anunciado la “Operación no están solos” para beneficiar a más de 300,000 personas que perdieron sus viviendas y pertenencias en el Valle de Sula y otras regiones del país; y es que damnificados tenemos en prácticamente los cuatros puntos cardinales. Por su parte, el Sector Privado encabezado por el COHEP, ha promovido un programa de ayuda con la colaboración de las Cámaras de Comercio y otras organizaciones afiliadas.
Pasada la emergencia, el gobierno tendrá que levantar un inventario de los daños causados a la infraestructura vial del país y a los sectores productivos, especialmente al sector agro alimentario. Es vital que con un sentido de urgencia se lleven a cabo los trabajos para rehabilitar las carreteras principales y asegurar que los centros de albergue que se han habilitado, cuenten con lo necesario para atender a los compatriotas que se han acogido a los mismos.
Pasada la emergencia, es vital integrar un equipo multisectorial con representantes del sector público, organizaciones del sector privado e instituciones de la sociedad civil, para iniciar el Plan de Reconstrucción ETA y cuantificar la inversión que será requerida. Es más que evidente que para esto necesitaremos del apoyo de la Comunidad Internacional, pero también es vital que cualquier propuesta, además de tener credibilidad financiera y técnica, también vaya acompañada de medidas que garanticen la transparencia y la rendición de cuentas de los recursos que sean aportados. Los procesos de licitación y la administración de los recursos podrían ser asignados a un ente internacional, para dar credibilidad a la propuesta. ¡Manos a la Obra!
Arturo Alvarado Sánchez